Cartas De Ultramar Fotografías de El negro Ibáñez intervenidas por Guillermo Olguín

noviembre 2012 – enero 2013


Muchas veces, la mano de la buena fortuna elige a ciertas personas para poder explicarnos los escenarios que por tanto tiempo les han ocasionado pesares. Y es que una imagen nos importa al haberla visto, pero adquiere un valor trascendental cuando retorna a nosotros no desde afuera, sino dentro de nosotros mismos; cuando hemos elaborado en ella el mapa de nuestra existencia y entonces se transforma en un camino posible, una habitación que nos acoge más que una sensación que nos perturba. Y, sobre todo, algo se nos hace único en el momento en que no podemos encontrar su explicación; se nos revela ese algo portentoso e incierto, tanto como el sentido mismo de nuestra existencia. Bien vale decir esto sobre la obra de Alberto Ibáñez y Guillermo Olguín, pues provoca una suerte de recuerdo enigmático. Al parecer, hemos estado ya en los lugares a los que estas piezas se re eren, pero algo ha ocurrido que se han vuelto completamente libres e independientes de nuestro mundo. Guillermo Santos