LACRES:
Custodios del mensaje
A partir del 6 de diciembre de 2025
Antes de que existieran sobres impresos, certificados postales o sistemas modernos de seguridad, un gesto sencillo resguardaba la palabra escrita: una gota de lacre recién fundido y la presión firme de un cuño bastaban para asegurar una carta. Ese pequeño círculo rojo contenía más que una marca: era un pacto de confianza, un límite inviolable y la promesa de que el mensaje llegaría intacto a su destino.
Lacres: custodios del mensaje invita a acercarse a ese antiguo arte de proteger la comunicación. La colección del filatelista Mario Ramírez Bahena revela una vertiente poco explorada de la filatelia, donde el lacre se convierte en contenedor de historias: símbolos privados, sellos institucionales y, en México, las marcas que distinguieron la correspondencia certificada del resto a partir de 1889.
Las piezas reunidas provienen de oficinas postales de todo el país, desde grandes ciudades hasta lugares remotos como Chazumba, Oaxaca. Cada lacre conserva la identidad de su cuño, su inscripción y su tiempo. Entre ellos destaca un ejemplar con el emblema postal empleado durante el periodo porfiriano, único en esta selección. Se presentan también cuños de bronce, acero y aluminio, herramientas que dieron forma a las huellas que hoy contemplamos.
Te invitamos a descubrir este conjunto con curiosidad. Cada lacre es una puerta mínima hacia una historia ya ida, una presencia que resguarda la voz de su remitente y el cuidado de su destino. Deja que estos pequeños custodios te hablen: aún tienen mucho que contar.









